Colectivo Fermento

Nuestro interés por la fermentación radica en la necesidad de validar tradiciones milenarias ligadas a la preservación de los alimentos. Chile es un país privilegiado por su clima y sus paisajes, que cuenta con materias primas diversas y de gran calidad. Sin embargo, la posibilidad de agregar valor a estos insumos es una deuda pendiente de nuestra sociedad. Como país, alineados con las transformaciones globales, hemos entrado en un proceso de industrialización acelerado, aislando nuestra vida cotidiana de los procesos naturales. Lo cierto, es que hoy cuesta tener una noción del origen y los procesos que están detrás de aquello que llevamos a nuestra boca.

A pesar de esto, y probablemente motivados por imaginar un futuro sostenible, hemos visto un vuelco en esta tendencia. Globalmente se ha comenzado a valorar lo orgánico, la “comida lenta” (slow food), el paisaje agrícola y una serie de tradiciones que aún persisten en nuestra cultura. La charcutería, elaboración láctea, panadería, cervecería, vinificación, conservas y otras tradiciones, que se sustentan en el fenómeno de la fermentación, han tomado mucha relevancia en el espacio doméstico, e incluso en ámbitos plenamente urbanizados o post industriales, como la propia Factoría Franklin.